sábado, 4 de noviembre de 2006

Para que vuelva la luz Capítulo II

Hoy me empezó a doler la espalda de nuevo, es un dolor feo que no se termina aunque piense en los días de sol y en mi mamá y los escaleptric. Ya creía que se me había pasado y que hoy o mañana seguro me iba a mi casa, pero parece por la cara de papá que me voy a tener que quedar varios días más. Con papá nunca tuvimos que hablar casi nada porque yo siempre sé lo que está pensando, y fue por esto que me di cuenta de que hay problemas porque esta mañana papá tenía la cara mojada y los ojos resfriados como cuando Racing perdió la copa y al abuelo Moro le dio un paro al corazón. Estuvo hablando en voz baja con el doctor Miguel cerca de mi cama, y escuché que el doctor está otra vez preocupado por la luz que no vuelve, porque necesita una máquina de radiografías o algo así, que yo calculo que es como el equipo de música que tenemos en casa pero más barato y solamente para que escuchemos radio y así los más enfermos puedan estar un poco menos enfermos que antes, porque la música hace bien y hamaca a las fieras.

Ya me estoy cansando de que el doctor Miguel ande todo el tiempo preocupado y poniendo nervioso a mi papá, que encima es nervioso de nacimiento, según mamá. A mí me gustaría verlo al doctor en esta cama con la luz blanca en los ojos y dolores por todos lados, a ver si le gusta que ande todo el mundo enojado con la luz y gritando a toda hora como hace él. Mejor no pienso más en estas cosas porque no hay que hacerles a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros, aunque da lo mismo, porque igual yo estoy con la luz blanca en los ojos y dolores por todos lados y el doctor Miguel se la pasa gritando.

Hoy es lunes y viene Virginia, que es la enfermera favorita de todos porque es joven y simpática y muy linda. Por suerte a mí no me tiene que limpiar ni nada porque puedo hacer todo solo, así que aprovecho cuando viene a ver si estoy dormido para saludarla y hablar con ella.

4 comentarios:

CHIC-HANDSOME dijo...

life just good

Anónimo dijo...

Antes que nada quiero declarar abiertamente mi amor por Virginia, de seguro voy a tener problemas con su creador o el niño enfermo o el Dr. Miguel, en realidad no me importa. Espero que se mejore el chabón, aunque si lo hace se acaba la historia y nadie quiere eso, tengo una pregunta, ¿por qué Sergio no va a visitarlo? es un mal amigo igual que la gordita.

Anónimo dijo...

dejé el comentario de este para el final...me gustó mucho loco...y concuerdo con "el usuario anónimo" de arriba, en que Virginia es una mujer con todas las letras, digna del amor de los mejores hombres...

salud campeón, seguí así!

Anónimo dijo...

me parece que Sergio palmó la nutria...